TV Clónica

Por si no teníamos suficientes reality shows en España, la cadena pública finlandesa ha escogido Salamanca como escenario para su programa. Ocho concursantes de Finlandia tendrán que demostrar sus destrezas y dotes para aprender un correcto castellano. La plaga de este tipo de formato parece extenderse sin tener ningún tipo de límites. Sólo cambia el emplazamiento, una casa, una selva o cualquier otra ubicación sirve para dar cabida a las situaciones más insólitas jamás pensadas.

Actualmente los ejemplos que los adultos aplauden en televisión y siguen en las revistas del corazón reflejan conductas de personajes cuyos méritos por estar de moda no pasan más allá de la falta de respeto por sí mismos y del abuso de confianza de las personas que tienen a su alrededor. En consecuencia, si los jóvenes actuales tienen como ejemplo a personajes y modelos como los concursantes de “Gran Hermano” o a ciertos colaboradores de distintos programas dedicados a la prensa rosa que han conseguido el éxito fácil a base de perder su dignidad, no es de extrañar que los jóvenes en sus ratos de diversión cavilen el modo o la forma de llamar la atención y de autoafirmarse a base de triturar al más débil o al que está más cerca, cuando no se trata simplemente de abusar de su confianza, sino que van más lejos.

Está claro que la escala de valores que se está produciendo con los medios de comunicación, por supuesto comerciales, pero también públicos, consiste en dar paso al “todo vale” con tal de conseguir estar en un primer plano del grupo. Y además, si se consigue a costa de un compañero confiado, traicionando su intimidad y pasando un buen rato, parece que el asunto tiene más éxito y capacidad de arrastre. ¿Hasta dónde vamos a llegar?