Ubicado en pleno corazón de la Ribera del Duero se encuentra el Castillo de Curiel de Duero, que acaba de abrir sus puertas tras ser fuertemente restaurado después de estar más de 300 años en ruinas. Este castillo en Curiel de Duero, situado a unos 60 km de la capital vallisoletana, en su nueva vida como hotel boutique, alberga 26 habitaciones, cinco de ellas suites, decoradas con detalles clásicos y denominadas con los nombres de cada uno de los reyes y nobles que pernoctaron entre sus paredes. Las estancias, además de sus aires medievales, están dotadas con las últimas tecnologías.
Un alojamiento histórico que conserva su forma de barco y en el que destaca el rehabilitado patio de armas cubierto por una bóveda de cristal que se retira de forma mecánica para las noches estrelladas de verano. En la parte superior del castillo se puede disfrutar de una piscina desde la que se divisa la villa y el valle de Curiel de Duero. El gerente del hotel, Jesús Ramos, señala que "Es muy peculiar porque está encima de una roca. Es el punto más alto de la provincia de Valladolid. Está a unos 20 o 25 metros más alto que el castillo de Peñafiel, el cual se ve perfectamente. Las vistas es lo mejor que tiene el castillo porque da al Valle del Horcajo y del Cuco"
El nuevo hotel también se caracteriza por una peculiar carta en el restaurante. No sólo se especializa en recetas tradicionales castellanas sino que también recupera y moderniza algunas recetas medievales. El restaurante, dirigido por Lola García, ofrece la gastronomía de las tres culturas que convivieron en el territorio.
A esta variedad culinaria, se suma la amplia oferta de actividades que organiza el Castillo de Curiel y con especial atención para los amantes del vino como afirma Jesús Ramos: "Está enfocado al enoturismo, sobre todo visitas a bodegas o catas en el propio castillo. Hay otras actividades como montar a caballo y rutas turísticas por los valles del Cuco y del Horcajo. Además, la comarca es muy rica en gatronomía y vino". Asimismo, los visitantes podrán disfrutar de algunos de los atractivos de la pequeña localidad vallisoletana de Curiel de Duero como el Palacio de los Zúñiga o la Iglesia de San Martín.
1 comentario:
Pues corroboro el post... he tenido el gusto de visitar ese hotel (residencia real castillo de curiel) y la verdad es que el lugar deja boquiabierto, en el restaurante se come fenomenal y el vino que lo acompañó (Viejo Coso), que también es de los dueños, está buenísimo.
Además, en estos días calurosos de verano corre una brisa de lo más agradable.
PD: Más que ojo de halcón debería ser, en este caso, ojo de buitre: el día que estuvimos allí había unos cuantos planeando alrededor del castillo...
Publicar un comentario